-¿Nunca hemos hablado del futuro? ¿Estás segura?
+Ajá, siempre terminamos recordando nuestro pasado.
Entonces clavaste en mí tus ojos y te reíste. Recuerdo que me enfadaste.
+¿Qué te hace tanta gracia?
-¿Qué quieres saber del futuro?
+No sé, todo lo que quieras contarme.
Te acomodaste en el sofá y pasaste un brazo por mis hombros, pegándome más a ti, mientras que me quitabas un mechón de pelo con la otra y sonreías.
-Para empezar, tienes que saber que no te voy a hablar del futuro, sino de NUESTRO futuro.
No pude evitarlo. Sonreí. Y eso te hizo sonreir más.
-Ahora mismo, no veo nada de mi futuro si no es a tu lado. Para empezar, me gustaría pasar esta Nochevieja junto a ti, y poder empezar este año de la mejor manera inimaginable para mí: a tu lado. Después, a esa noche la seguirían muchas otras, y todas ellas las pasaría durmiendo, o haciendo lo que quisieras, pero siempre contigo, a tu lado. Todas las mañanas me despertaría y te besaría, te haría el desayuno y te desearía que tuvieras un buen día mi princesa. Me encantaría pedirte que fueras mi esposa, a la luz de la luna tras un paseo por la playa de al lado de tu casa. Y me encantaría aún más oírte decir "sí quiero". Moriría por verte vestida de blanco caminando hacia mí, donde tú quieras y como quieras. Te llevaría a todos esos lugares con los que siempre has soñado. Mataría por oirte decir algún día "vas a ser papá", y en ese momento lloraría. Tendríamos dos o tres niños, los que tú quisieras. Y les veriamos crecer juntos.
Para entonces, yo ya lloraba, como tú podías ver. Me besaste y me secaste las lágrimas.
-Y ese es el futuro que yo me imagino. Un futuro junto a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario